Aunque a veces no se quiera pensar en ello, en el cuerpo del niño pueden alojarse los llamados “parásitos”; que son una especie de “bichos” que se alojan en el tracto gastrointestinal.
Por eso, si quieres que tu niño no corra el riesgo de adquirir estos bichos, debes tener una buena higiene en el manejo y preparación de los alimentos.
Además, tu niño debe lavarse las manos después de ir al baño y antes de comer para evitar que los microbios lleguen al interior del organismo y ocasionen daños principalmente en el intestino.
Asimismo, evita que tu niño ingiera alimentos que estén a la venta en la calle, a la intemperie, así como en establecimientos donde pudieran existir bacterias por falta de higiene tanto en las instalaciones como en las personas que preparan los alimentos.