El extenso horario de los trabajos y la necesidad de cumplir en él con todas las obligaciones y además demostrar que eres un trabajador nato conlleva una dificultad enorme para que las madres y padres puedan ocuparse de todas las atenciones que sus hijos necesitan. En ocaciones, los niños pasan más tiempo con sus abuelos, en la guardería o con la canguro que con sus padres. Está fallando la conciliación familiar.
- Las consecuencias de una falta de conciliación familiar y la ausencia excesiva de los padres del hogar se ven reflejadas en la evolución del niño. Pueden derivarse en multitud de problemas, pero los más comunes son:
- El fracaso escolar del niño. Los padres no están para ayudar a sus hijos a hacer los deberes o para motivarlos a que los realicen. Otra persona no puede sustituir a la figura del padre o la madre para esta práctica.
- El sedentarismo (con la obesidad infantil que eso conlleva). Ocurre cuando el niño no tiene a sus padres para que lo lleven al parque a jugar y practicar alguna actividad con otros niños. Tampoco están para llevarlo a ningún otro sitio, por lo que únicamente está en casa, solo o con alguna persona que cuide de él.
- El consumo desmesurado de TV y videojuegos. Contribuye al sedentarismo y al desarrollo de conductas agresivas, especialmente, si los padres tampoco controlan los videojuegos que utilizan sus hijos. Pero, también crea malos hábitos.
- Incomunicación con los hijos y, con ello, perdida de vínculo con ellos. Cuando los padres llegan a casa es tarde y el niño está cansado. Al poco, éste se irá a dormir y la familia no comparte apenas momentos del día. El pequeño no tendrá la oportunidad de contar a sus padres los problemas o preocupaciones que le surjan en el colegio.
- Conductas agresivas, materialistas y poco respetuosa con los demás. Al no expresar sus preocupaciones ni sus intereses a través de conversaciones con sus padres, el niño canalizará sus sentimientos mediante otro tipo de actos.