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Cuándo el bebé no quiere compartir nada

Cuándo el bebé no quiere compartir nada 4 agosto, 2009

A los niños menores de 3 años les resulta muy difícil prestar sus cosas porque las consideran como una parte de sí mismos, hasta el punto de que viven el hecho de dejarlas como si perdieran parte de su propia identidad.

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Además, para ser egoísta, el niño tendría que haber descubierto a los demás y luego ignorarlos. Y a la edad de tu hijo esto aún no ha ocurrido: el pequeño está inmerso en plena etapa egocéntrica, todo gira alrededor de él y es incapaz de considerar las apetencias y las necesidades ajenas.

Así que no pienses que la resistencia de tu hijo a compartir sus juguetes es una actitud voluntaria, egoísta y malintencionada; lo único que le ocurre es que todavía no está mentalmente capacitado para esta interacción social.

Forzar no, animar sí

Como ves, es normal que tu hijo, por ahora, esté centrado en sí mismo. Pero esto no quita para que, con tu forma de actuar, vayas encaminándole hacia el siguiente paso evolutivo: el de darse cuenta de que los demás también existen y tienen necesidades.

Hazle entender que disfrutar de sus cosas «en grupo» puede ser interesante. Por ejemplo, si estáis en casa, proponle algo como: «vamos a jugar los tres con el coche, así es más divertido».
Recuerda también que el niño tiende a repetir las acciones que ve en su entorno próximo.

Por eso, una de las maneras más eficaces de estimular en él la generosidad y el gusto por compartir es que le demos ejemplo los padres y familiares más cercanos.

Es importante que vea que su padre y tú os ayudáis en las tareas cotidianas y que le pidáis su colaboración siempre que sea posible («entre todos recogemos la mesa, tendemos la ropa…). También es una lección perfecta que presencie cómo os prestáis e intercambiáis las cosas.

Por el contrario, jamás le obligues a dejar sus juguetes si no quiere hacerlo. Tampoco debes prestar sus pertenencias sin su permiso ni ridiculizarle por su comportamiento. Con estas actitudes le transmitirías la sensación de que no le comprendes, aumentarías su inseguridad y harías que, por miedo a perderlas, se aferrara aún más a sus cosas.

Propiedad privada

A veces los padres, sin darnos cuenta, damos una excesiva importancia a las pertenencias de nuestro hijo y las vigilamos con celo cuando aparecen otros pequeños en escena. Es fundamental relajarse al respecto y quitar importancia al hecho de que, en el proceso de intercambio, se rompa algo.

Pese a esto y aunque parezca un contrasentido, los expertos recomendamos «poner a salvo» los juguetes a los que el pequeño tiene más cariño cuando vienen otros niños a casa. Explica a tu hijo que guardas estas cosas para que los otros niños no se las rompan.

Así irá entendiendo que hay pertenencias que se comparten y se prestan y otras, muy especiales, que no. Curiosamente, inculcar al pequeño la idea de «propiedad privada» no sólo no le hace egoísta, sino que le aporta la seguridad que le permitirá, más adelante, comportarse de manera desprendida y generosa con los demás.

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