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Cuento infantil: Los tres cerditos

Cuento infantil: Los tres cerditos 20 agosto, 20093 comentarios
Cuento de los tres cerditos

¿Conoces el cuento de los tres cerditos? Un cuento infantil clásico con el que los peques disfrutarán. También es conocido como los tres chanchitos o los tres cochinitos una fábula con personajes animales personificados. Descubre el vídeo del cuento de los tres cerditos y podréis escuchar y ver en familia la historia de los tres cerditos ¡qué divertido!

Vídeos de cuentos infantiles

Cuento corto de los tres cerditos

Cuento de los tres cerditosCuentos populares: Había una vez tres cerditos, lo que más les gustaba era el verano, y tocar, bailar y cantar. Pepito, el mediano, tocaba la flauta, Pablito, el mayor, el violín y el pequeño, Paquito, cantaba y tocaba el tambor.

Como todo en esta vida, su felicidad no era completa; el lobo acechaba con intención de comérselos.

Un día decidieron que lo mejor que podían hacer sería construirse una casa cada uno, para estar a salvo del frío del invierno y del lobo.

Se pusieron manos a la obra y el primero que terminó fue Paquito, que como era muy vago, hizo una casa de paja, para no tardar mucho. Cuando terminó se puso a tocar su tambor mientras cantaba: -No está nada mal, tra, la, ra, tra, la, ra.

En eso llegó el lobo, al ver la casita se echó a reir:

-¡Cerdito! Abreme la puerta y déjame entrar.

-¡No, no soy tan tonto como crees!

-Pues soplaré y soplaré y tu casita tiraré, y a tí te comeré.

El lobo se puso a soplar con todas sus fuerzas, y la casita de paja salió volando, deshecha en briznas.

Paquito salió corriendo y fue a refugiarse a casa de su hermano Pepito.

Este que era casi tan vago como su hermano pequeño, pero algo más responsable, había construido su casa de madera, y estaba sentado tranquilamente en un sillón, tocando la flauta, cuando oyó a Paquito golpeando la puerta y pidiendo socorro.

-¿Qué te pasa Paquito? -le preguntó.

-El malvado lobo, derribó mi casita de paja, y ahora me persigue para comerme.

-No temas nada Paquito, entra en casa y cantemos un poco, dentro estaremos a salvo.

En eso llegó el lobo, al ver la casita se puso a gritar:

-¡Cerditos! Abranme la puerta y déjenme entrar.

-¡Noooo!

-Pues soplaré y soplaré y tu casita también tiraré, y a los dos me los comeré.

-¡Inténtalo tontorrón!

Y el lobo sopló y sopló, cogió aire, sopló y volvió a soplar y volando salió la casita de madera al final.

Los cerditos muy asustados corrieron huyendo del lobo, el cual les gritaba:

-No importa donde os escondáis, al final os comeré a todos.

Llegaron a casa de Pablito, que se había construido una bonita casa de ladrillos, llamando a la puerta y pidiendo socorro.

-¿Qué les pasa hermanitos, a qué vienen esos gritos? -preguntó.

-El malvado lobo, derribó mi casita de paja, y después la casita de madera de Pepito, ahora nos persigue para comernos a todos.

-No temáis nada, hermanitos, entrad en casa los dos y preparemos la cena, dentro estaremos a salvo.

En eso llegó el lobo, al ver la casita dudó, pero como tenía hambre y estaba decidido a comerse a los cerditos gritó:

-¡Cerditos! Abranme la puerta y déjenme entrar.

-¡Déjanos en paz, grandullón!

-Pues soplaré y soplaré y tu casita tiraré, y a los tres me los comeré.

Pero esta vez el lobo, por más que sopló, solo consiguió que le diese un ataque de tos.

Los cerditos se sentían a salvo, pero Pablito escuchó pasos en el tejado, así que puso una olla de agua hirviendo en la chimenea, y al intentar entrar el lobo por la chimenea, con el vapor no veía nada y se resbaló y cayó en el agua hirviendo y saltó gritando mientras corría: -¡Socorro, qué me quemo!

Desde entonces los cerditos viven tranquilos y felices en la casa de ladrillos de Pablito y si alguien le pregunta al lobo por que no los persigue éste explica muy serio que es alérgico al cerdo.

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