El aseo de los ojos de tu bebé debe hacerse de forma muy cuidadosa. Sobre todo porque hasta su primer año de edad los niños producen mucha mucosidad en esa parte sensible.
Estudios pediátricos establecen que el 90% de los bebés sufren de obstrucción lagrimal durante el primer año de vida. Cuando veas que las lágrimas y legañas empiezan a aparecer e incomodar los ojitos de tu bebé trata de limpiarlos con una toallita mojada con suero fisiológico. Repite la acción dos a tres veces para eliminar todo residuo.
En caso de secreción lagrimal , lo conveniente es que realices un suave masaje en la pared de la nariz próxima al ojo durante cinco minutos. Así lograrás facilitar el paso de las lágrimas.
En muchos casos la aparición de legañas y lagrimeo va asociado a la molesta conjuntivitis, infección de la vista. Si es tu problema, no lastimes la piel de tu bebé quitandole las legañas en seco. Es mejor con una toallitas esterilizadas por tres veces al día.