Aunque existe cierta tendencia a desarrollar esta enfermedad de forma hereditaria, ha habido casos donde no existen parientes cercanos que padezcan la enfermedad.
Los síntomas que puede observar son:
- Ganas de orinar con frecuencia (Poliuria)
- No crece o rápida pérdida de peso asociada a aumento del apetito y de la cantidad de alimento ingerido
- Dolor abdominal
- Cansancio
- Disminución del rendimiento escolar y alteraciones del comportamiento.
- Sed excesiva
- Dermatitis del pañal severa que no responde al tratamiento habitual en el caso de los bebés.
- Vómitos persistentes, sobre todo si van acompañados de debilidad o somnolencia.
Si lleva su hijo al doctor, éste le solicitará las siguientes pruebas para determinar la existen de diabetes
- Prueba de glucosa en sangre (glucemia) en ayunas (valor máximo en niños es de 110 mg/dl).
- Prueba de glucosa en orina y cetonuria (acetona en la orina).
- Si la glucosa está entre 110 y 126 mg/dl, se indica la prueba SOG (sobrecarga oral de glucosa), que es específica en estos supuestos.
- Cuando se confirma el diagnóstico de diabetes, se inicia inmediatamente un tratamiento con base de inyecciones de insulina.
- Existen tres tipos de insulina según el tiempo de acción que tienen: regular o soluble, que es de acción rápida; la de acción intermedia y las lentas.
- Es necesario saber que si la diabetes no es controlada debidamente puede producir el coma cetoacidótico (causado por un exceso de glucemia) lo cual requiere el ingreso hospitalario urgente para la rehidratación, la corrección de la acidosis y las alteraciones de electrolitos, la nutrición y la administración de insulina endovenosa.
- Sin embargo, el descenso de los niveles de glucemia también puede causar coma en este caso hipoglucémico. De allí la necesidad de llevar un control constante de los niveles de glucosa de la sangre.