Algunos niños heredan la miopía de sus padres o abuelos. En esos casos es recomendable realizarles un examen oftalmológico a temprana edad, la edad aconsejable es los 3 años.
El profesional encargado de realizar esta prueba es un oftamólogo o un oftometrista. El primer paso será realizar una retinoscopia, la cual medirá el alcance visual del niño en distancias largas.
Después de realizar este examen y tener el diagnóstico de miopía, es probable que el médico ordene realizar una refracción con gotas. Es necesario animar al pequeño a que tolere las molestias del medicamento hasta finalizar la prueba.