Además del examen y la historia médica completa, los procedimientos para diagnosticar la leucemia linfocítica aguda pueden incluir los siguientes:
- Exámenes de sangre adicionales y otros procedimientos de evaluación.
- Biopsia por aspiración y por punción de la médula ósea – un procedimiento que comprende la extracción de una pequeña cantidad de líquido de la médula ósea (aspiración) y, o de tejido sólido de la médula ósea (biopsia core o por punción), generalmente de los huesos de la cadera, para estudiar la cantidad, tamaño y madurez de los glóbulos y, o de las células anormales.
- Punción raquídea/punción lumbar – se coloca una aguja especial en la parte baja de la espalda, en el interior del conducto raquídeo, que es la zona que rodea la médula espinal. Entonces se puede medir la presión que existe en la médula espinal y en el encéfalo. Se puede extraer una pequeña cantidad de líquido cefalorraquídeo (su sigla en inglés es CSF) y enviarla al laboratorio para comprobar si existe una infección o algún otro tipo de problema. El líquido cefalorraquídeo es el líquido que baña el encéfalo y la médula espinal.
El tratamiento específico de la leucemia linfocítica aguda será determinado por su médico basándose en lo siguiente:
- Su edad, su estado general de salud y su historia médica.
- Qué tan avanzada está la enfermedad.
- Su tolerancia a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.
- Sus expectativas para la trayectoria de la enfermedad.
- Su opinión o preferencia.
El tratamiento puede incluir:
- Quimioterapia.
- Radioterapia.
- Trasplante de médula ósea.
- Terapia dirigida
- Anticuerpos monoclonales