En un inicio, tu niño no podrá avanzar demasiado, por eso te recomiendo escoger un laberinto sencillo, y después avanzar hacia otros más complejos.
Si el pequeño encontró el camino cerrado no está permitido retroceder, debe volver a iniciar el juego e intentar llegar hasta el final sin equivocarse.
Será interesante ver su progreso en cada práctica. Y recuerda que además de los ejercicios mentales, el deporte también es favorable para mejorar su concentración.