El acoso escolar o bullying, palabra inglesa que significa intimidación, se refiere a todas las formas de actitudes agresivas, intencionadas y repetidas que ocurren sin motivación evidente, de uno o más estudiantes hacia otro compañero.
Aunque los datos son variables, el acoso escolar afecta a casi un 2% de los niños españoles. Según las estadísticas, se trata de un tipo de violencia predominantemente emocional, que se da en las aulas y patios del colegio.
Los protagonistas suelen ser niños y niñas pre-adolescentes de entre 12 y 13 años, aunque también puede darse casos de bullying en edades más tempranas. El niño que lleva a cabo el acoso escolar lo hace para imponer su poder a través de amenazas, agresiones, insultos, etc.
Las consecuencias del acoso escolar en la víctima son devastadoras. La pérdida de autoestima, la angustia y el miedo al acosador pueden desembocar en depresiones graves e incluso en pensamientos de suicidio.
Por eso, la prevención y el control del acoso escolar es una responsabilidad social ineludible, que implica a diferentes instituciones: