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El colecho

El colecho 26 marzo, 2014
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El colecho o cama familiar es una práctica bastante común entre los padres primerizos que consiste en dormir junto al bebé en la misma cama durante los primeros meses, o años, de vida. Sin embargo, no existe un consenso sobre la conveniencia o no de fomentar el colecho en nuestros hijos. Según algunos expertos el colecho promueve la lactancia materna y los lazos afectivos entre los padres y el bebé, y es más seguro para dormir que la cuna si se practica correctamente. Sin embargo, otros estudios constatan que puede incrementar las posibilidades de hacer daño al bebé e incluso generar dependencia emocional.

Así pues, la mayoría de padres tienen muchas dudas a la hora de ponerlo en práctica y cuándo conviene hacerlo. ¿Será seguro para el bebé? ¿se volverá mi hijo demasiado dependiente? ¿Y si después no consigo que se acostumbre a dormir solo? Son algunas de las cuestiones que trataremos de responder en este artículo.
 

¿Qué es mejor para el bebé, cuna o colecho?

colechoSi acabáis de ser padres y conocéis el colecho seguro que os estaréis preguntando qué opción conviene más al bebé. Lo primero que debéis tener claro es que decidir si el bebé va a dormir en una cuna o en la cama de matrimonio es una decisión de la pareja.

Como ocurre en la mayoría de aspectos que atañen a la educación de los niños, existe diversidad de opiniones sobre la conveniencia o no de compartir la cama con el pequeño. En el mundo de la pediatría hay expertos que defienden las dos posturas sin que nadie haya podido probar a ciencia cierta que el colecho sea realmente malo o muy beneficioso para el pequeño. La única excepción, y que siempre debes tener en cuenta, es cuando tu hijo es recién nacido o tiene pocas semanas. Con esta edad no es recomendable que el bebé duerma en tu cama contigo, ya que existe la posibilidad de que, sin querer, te duermas sobre él y lo asfixies.

 

Beneficios del colecho

Los expertos que defienden la conveniencia del colecho aseguran que se trata de una práctica muy enriquecedora, que fomenta y fortalece los lazos entre los padres y los hijos. Según algunos estudios realizados sobre el asunto, cuando el bebé duerme junto a sus padres consigue un sueño más calmado y profundo y amamantan más que los bebés que duermen separados. Su despertar es breve, permitiendo a lo largo de la noche un mayor descanso para ambos.

Los expertos que están a favor del colecho aseguran que:

  • Fomenta la lactancia materna, especialmente durante la noche.
  • Facilita que los padres sincronicen sus ciclo de sueño con los del bebé.
  • Ayuda a que los bebés se queden dormidos más fácilmente, especialmente durante los primeros meses y cuando se despiertan en mitad de la noche.
  • Ayuda a los bebés dormir más tiempo durante la noche, ya que se despiertan más veces para alimentarse, pero por periodos más cortos de tiempo.
  • Ayuda a los padres que están separados de sus hijos durante el día a sentirse más cerca de sus hijos.

Riesgos del colecho

El principal problema que puede conllevar el colecho, ya lo hemos advertido, es la posibilidad de causar daño al bebe, e incluso asfixiarlo sin querer, durante alguno de nuestros movimientos nocturnos. Este riesgo es especialmente importante si se trata de bebés recién nacidos o de pocas semanas de edad, o si los padres consumen habitualmente alcohol o drogas.

Por otra parte hay estudios que aseguran que el colecho puede llegar a multiplicar por cinco el riesgo de sufrir el síndrome de muerte súbita del lactante. En cualquier caso, no existe unanimidad en cuánto a la relación que existe entre el colecho y la posibilidad de muerte súbita.

Conocidos los beneficios y posibles riesgos, lo importante es que la opción que elijáis fomente el equilibrio familiar, que todo el mundo descanse y sea más feliz.

Cunas y camas de colecho

Ante la falta de acuerdo de pediatras y expertos sobre la conveniencia del colecho, cada vez más padres optan por una solución intermedia que mantenga los beneficios de la cama compartida al tiempo que minimiza los riesgos para el bebé. Las cunas o camas de colecho son camas especialmente preparadas para el bebé lactante, que se colocan junto a la cama de matrimonio de los padres, como una extensión de esta. El bebé está protegido en todo momento y mantiene la cercanía a sus padres.

Según la edad del pequeño existen moisés-colecho, para los primeros 6 meses, mini-cunas-colecho para el primer año, y cunas-colecho.

Consejos para un colecho seguro

Si al final te has decidido a poner en práctica el colecho con tu hijo, te dejamos algunos consejos para que lo hagas de la forma más segura posible para tu bebé.

  • Coloca a tu bebé siempre boca arriba para reducir el riesgo de sufrir el síndrome de la muerte súbita.
  • Deja siempre la cabeza del bebé descubierta mientras duerme.
  • Asegúrate que ni la cabecera ni el pie de cama tiene aberturas que puedan atrapar la cabeza del bebé.
  • Asegúrate de que el colchón se ajusta perfectamente en el marco de la cama para que el bebé no pueda quedar atrapado entre el marco y el colchón.
  • No dejes nunca al bebé durmiendo solo en una cama de adulto.
  • No coloque al bebé en una superficie blanda para dormir (colchón blando, sofá, cama de agua…)
  • No utilice almohadas, edredones, mantas y otros artículos blandos o de peluche en la cama.
  • No tomes medicamentos, alcohol ni drogas.
  • No coloques la cama cerca de cortinas o persianas.

¿Hasta cuándo es bueno el colecho?

Hay especialistas que recomiendan mantener el colecho hasta que el bebé cumpla 2 o 3 meses; sin embargo, otros aconsejan que el bebé duerman desde el primer momento en su cuna, para que luego no haya problemas y se adapte rápidamente a la independencia.

En la práctica, el colecho más allá de los años de lactancia materna es común en muchas culturas no occidentales, e incluso en muchas familias occidentales que optan por ampliar el colecho a los primeros años de la infancia y hasta bien entrada la infancia media.

Si habéis estado compartiendo la cama con vuestro pequeño y queréis parar, lo más recomendable es que consultéis con vuestro médico y establezcáis un plan para que el el bebé se acostumbre a dormir en una cuna. La transición a la cuna a los 6 meses es generalmente más fácil – tanto para los padres como para el bebé – antes de que el hábito de dormir juntos se haya arraigado mucho y puedan aparecer otro tipo de problemas como la ansiedad por la separación.

En cualquier caso, la rutina del colecho siempre acaba rompiéndose de forma natural, bien sea por que el niño así lo quiere, bien sea por la decisión de los padres.

 

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