Varios estudios indican que el desayuno es la comida más importante del día. Desayunar aporta la energía necesaria para reactivarse tras las horas de sueño, lo que en el caso de los niños es aún más necesario.
Un buen desayuno ayuda a los menores a pensar con rapidez y tener más facilidad para concentrarse y prestar atención; está demostrado que está ligado un mejor rendimiento físico y psíquico. El desayuno debe aportar al menos el 25% de los nutrientes que necesita diariamente el organismo para funcionar correctamente durante el día, y debe estar compuesto por lácteos, pan, cereales y fruta o zumo.
Pero además, el desayuno también juega un papel protagonista en el aumento de la obesidad infantil. Según el estudio EnKid (el más importante realizado hasta el momento respecto a la obesidad infantil en España), un 8,2% de la población infantil y juvenil española acude al colegio sin haber desayunado, y el 4,1% no realiza ninguna ingesta de alimentos a lo largo de toda la mañana. Además, el 32% consume un desayuno con un aporte energético menor a las 200 kcal, siendo ésta una cantidad insuficiente. Tras analizar los datos, el estudio concluye que los niños que desayunan de forma equilibrada tienen menores problemas de sobrepeso.