El lenguaje se desarrolla en algunos niños con más rapidez que en otros, sin embargo, cuando muestra dificultad para comunicarse y articula palabras con mucha dificultad después de los 4 años, la presencia de un logopeda puede ser útil para tratar estas alteraciones en el habla.
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El logopeda observa y analiza la causa del problema (deficiencias para hablar o falta de fluidez). Cuando obtiene un diagnóstico inicia el tratamiento.
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Enseña como emitir sonidos, mejorar la voz y optimizar sus conocimientos sobre el lenguaje hablado o escrito.
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Desarrolla ejercicios para fortalecer los músculos de la lengua, mandíbula y la cara.
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Mantiene contacto con los miembros de la familia y los instruye sobre como tratar al pequeño durante el tratamiento.
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Sigue muy de cerca la evolución de cada paciente y modifica el proceso en caso el niño no este progresando.
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El logopeda investiga junto a otros profesionales técnicas o equipos para diagnosticar problemas en el lenguaje. Está en contacto con educadores, médicos, dentistas y otros profesionales vinculados a la salud.