El meconio es el termino médico de la primera defecación del bebé. Se caracteriza por ser una sustancia espesa, pegajosa y de color negro verdoso, que se almacena en los intestinos del feto desde el tercer mes del embarazo. Llegado el parto, éste es expulsado en el nacimiento, o durante las 48 horas después.
El meconio se compone de líquido amniótico, moco, bilis, lanugo (vello fino que cubre el cuerpo del bebé) y células que se han desprendido de la piel y del tubo digestivo. Estos, excepto el líquido amniótico por su función protectora en el útero, son filtrados hacia fuera permaneciendo detrás del intestino. El meconio ayuda a que este siempre se encuentre transparente y sano durante los nueve meses del embarazo.
Las complicaciones llegan cuando el meconio es expulsado dentro del líquido amniótico, combinándose sustancias que el bebé puede aspirar. El mal funcionamiento de este ciclo provoca que, terminado el periodo de embarazo, el bebé sufra de inflamación en los pulmones.
Es recomendable evitar el estrés y el mal humor, pues ambos son causas para que la dinámica de excreción del bebé funcione mal. Si sucede esto, lo irremediable será una cesárea de urgencia.