Si bien es cierto, la familia es el primer grupo humano que rodea a un niño con ceguera, no hay que dejar de mencionar que la sociedad también juega un papel importante en el desarrollo de un niño con discapacidad visual.
Un niño con algún impedimento, si es bien atendido, educado, y aceptado, podrá hacer las mismas cosas que cualquier otro, sólo que de un modo distinto.
No hay que limitar sus posibilidades por la simple razón de que el niño tenga una dificultad. Al contrario, hay que animarle y enseñarle las vías por las cuales podrá hacer lo que desea. Esta conciencia debe estar presente en todos los rincones de la sociedad, en casa, en la escuela, en calles, parque, etc.
Lo peor que podemos hacer es tener pena a un niño ciego, ya que de ser así, le estaremos quitando la oportunidad de que el niño sea y se sienta productivo en la sociedad.