Hoy en día no es sorpresa mirar a un niño portando un celular. En algunos casos puede ser una necesidad, pero qué sucede cuando se abusa de los teléfonos móviles a tan corta edad.
Según estudios realizados, el deseo de vivir emociones intensas y novedosas ocurre en la infancia o en la adolescencia debido a la inmadurez de la parte frontal de nuestro cerebro, en esta zona se regula el control del comportamiento o la organización en la persona, así como el buen juicio.
De esta manera, notamos como los niños recurren a los equipos móviles para jugar o comunicarse; y muchos reconocen recurrir a él para aliviar su soledad por estos tiempos tan recurrente en familias donde los padres trabajan todo el día.
Según la Fundación para el Estudio, Prevención y Asistencia a las Drogodependencias, ubicada en Valencia, los niños que manifiestan particular obsesión por los equipos celulares suelen tener estados de tensión o ansiedad si se les aleja de estos aparatos. Se alejan de su entorno familiar, y poco a poco se vuelven menos sociables.