Claro que es posible. Los niños tienen energía de sobra y muchas veces nos sorprenden porque nunca se cansan; sin embargo saturarlos con actividades diversas, además de sus deberes escolares puede generarles estrés.
Algunos padres aprovechan las vacaciones de fin de curso para inscribir a sus niños en cursos de música, de deporte, reforzamiento académico; o lo hacen incluso antes que los pequeños finalicen su ciclo escolar.
Muchas actividades pueden ser educativas y entretenidas para el niño; pero siempre necesitará un tiempo libre donde el juego será (posiblemente) lo más divertido para él.
Lo ideal es proponerle al niño ciertas actividades, considerando siempre sus gustos y también su tiempo. Si excedes su espacio, el pequeño puede mostrarse irritable, deprimido o muy cansado para disfrutar junto a sus hermanos de las reuniones familiares.