La fiebre es la elevación de la temperatura corporal. Hablamos de fiebre a partir de los 37’4º C si la toma de temperatura se realiza en las axilas o 37’9ºC si la toma es en el recto. Recuerda que medir la temperatura corporal de tu hijo poniendo tu mano sobre su frente no es suficiente. En su lugar, se recomienda utilizar un termómetro, que ofrece una medición más fiable.
En principio, la fiebre no debe considerarse un síntoma de alarma, salvo en las siguientes excepciones:
- El niño es menor de tres meses
- Su temperatura corporal es superior a 41ºC
- El niño lleva más de cuatro días con fiebre y presenta síntomas alarmantes
En esos casos, hay que acudir inmediatamente al médico.