Que tu bebé logre un buen desarrollo es una tarea primordial. Identifica los reflejos que tendrá en el proceso de lograr la madurez corporal.
Repentinos sobresaltos o algún comportamiento de defensa son conductas que no se obtienen por aprendizaje, sino por acción automática. Lo que llaman respuestas innatas de los seres humanos.
A continuación te indicamos algunas que se presentan como ayuda a la supervivencia de tu bebé:
- Los reflejos de evitación: Ellos proporcionan las sensaciones de contacto, presión, temperatura y dolor. Durante los primeros días de vida puede verse desarrollado el sentido del tacto.
- Los reflejos de orientación y búsqueda: Durante los cuatro primeros meses tu bebé es capaz de de percibir formas, aunque estas son confusas porque en esta primera etapa no ha desarrollado su visión.
- El reflejo de succión: Tu bebé nace con este reflejo. Al momento de la alimentación está preparado para succionar los pechos de la madre.
- El reflejo del movimiento: Durante pocos segundos la mirada de tu bebé podrá observar un objeto en movimiento. Si quieres llamar su atención es mejor que el objeto se mueva despacio y a una distancia del niño entre los 15 y los 60 centímetros.
- El reflejo de agarrar: Las manos y las plantas del pie son áreas tan sensibles que ante el menor estímulo tu bebé extenderá o cerrará sus dedos.
- Reflejo de la espina dorsal: Si tu acaricias un lado de la espalda de tu niño, el tenderá a girar y doblarse hacia el lado del estímulo.
- Reflejo de la marcha: Al colocar a tu bebé sobre una superficie plana sus reflejos harán que los músculos de sus piernecitas se tensen.
- El reflejo de Moro: Cuando hay periodos de calma y de sorpresa un estímulo fuerte irrumpe, haciendo un movimiento brusco o llanto.
- Reflejo de estiramiento: Si se sujeta al niño con una mano por debajo del vientre, levantará la cabeza y estirará las piernas. Esto ayuda a que pueda mantenerse en un eje.