Una de las razones principales que les impide ver con esperanza la ayuda psicológica se centra en la culpa. Aveces se sienten responsables por el estado anímico de sus hijos y temen ser reprendidos por el especialista durante todo el tratamiento.
La realidad es que el psicólogo busca además de entender al menor, apoyar a sus confundidos progenitores quienes no saben cómo reaccionar frente a los cambios repentinos mostrados en sus pequeños.
Los psicólogos nunca reemplazarán la tarea los progenitores en la crianza de sus hijos,es verdad, pero cuando no existe consenso entre ambas partes, la intervención objetiva de un especialista puede marca el inicio de una reconciliación familiar.