Son invalorables las ventajas de los trabajos grupales durante la escuela, todos los niños aprenden a relacionarse con sus marcadas diferencias y descubren el valor de compartir sus ideas aún cuando no todos piensen igual
Aún cuando es una experiencia enriquecedora se producen dificultades con algunos pequeños y es necesaria la intervención de la profesora para continuar con las actividades académicas. Te mostramos los siguientes casos:
Niños muy habladores. Son pequeños bastante dinámicos, entusiastas o quizá algo egocéntricos. La función de la profesora es conversar primero con todo el grupo y hacer hincapié en el trabajo en conjunto pero si el niño continúa acaparando la atención entonces sería necesario corregirlo en privado
Niños muy críticos. Muestran sus opiniones abiertamente pero a veces no respetan las ideas de sus compañeros. Las profesoras pueden elogiar sus aciertos, sin dejar de corregir su actitud, más aun si discrepa con fuerza con otro niño
Niños quejumbrosos. Se enojan fácilmente como parte de su personalidad. Como su maestra escúchalo mientras te hace notar su fastidio y si tiene validez conversa con los jefes de grupo para buscar una solución; asimismo hazle notar lo importante que es resolver los problemas dentro del equipo.