La fluorización es un proceso que ayuda a fortalecer los dientes del bebé. La fluorización sirve como ayuda adicional al fluor que se ingiere. Este fluor disminuye la incidencia de caries ya que actúa como protector del esmalte contra las bacterias.
El flúor se encuentra en el agua embotellada, en algunos suplementos dietéticos fluorados como gotas, tabletas, vitaminas y también en productos usados en la consulta odontológica como barnices, gel, dentífricos, pasta para profilaxis, colutorios, etc.
La fluorización es un proceso sencillo que no causa dolor ni molestia. Consiste en colocar unas cubetas (moldes de plástico) en la boca del niño con un gel con fluor por un tiempo aproximado de 5 minutos. Al acabar el proceso, el niño no podrá ingerir ningún tipo de alimento ni enjuagarse por 30 minutos.
Lo recomendable es que el proceso de la fluorización se realice dos veces al año cuando el niño tenga dos o tres años de edad, ya que en este periodo las carien empiezan a aparecer con mayor frecuencia.
Es necesario saber que la utilización indebida de fluor, es decir en dosis elevadas, puede causar problemas. No olvides consultar con el pediatra antes de usarlo por tu cuenta.