¿Esta frase les suena muy familiar? Seguro que sí, pues más de un niño la ha pronunciado al terminar la temporada de vacaciones y reiniciar la rutina escolar.
“No quiero ir a la escuela” es un ejemplo de literatura infantil para evitar la pereza en nuestros niños, con un lenguaje sencillo se acerca a pequeños menores de 6 años y les ayuda a recordar lo divertido que puede ser reencontrarse con sus amiguitos de colegio.
Su autora, Stephanie Blake, nos cuenta la historia de Simón; un rebelde conejito que se resiste a retornar a la escuela a pesar de las indicaciones de sus padres.
El conejito Simón finalmente acude a la escuela y nota lo feliz que puede ser rodeado de sus amigos, entonces inician todos juntos una entretenida etapa donde habrá mucho que compartir.
Los primeros días serán difíciles para el pequeño Simón, pero conforme pasan los días dejará atrás la pereza y pronto las actividades en clase se volverán sus preferidas: pintar, dibujar, jugar…
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