Si estas asustada porque tu bebé nació antes de lo esperado, y ahora no sabes cómo tratarlo y como cuidarlo, no sientas que el mundo se te viene encima.
Una forma sencilla de brindarle el calor de madre, que tal vez se te fue negado porque tuvo que pasar una larga temporada hospitalizado, son los “benditos” masajes.
Tu pequeño ha pasado por momentos difíciles. Los duros días entre agujas, tubos, luces brillantes y una fría incubadora, han hecho de él un pequeño desconfiado con su mundo exterior, que puede rechazar cualquier contacto físico llorando cada vez que se le toca.
Es momento que con tus masajes te reencuentres con tu bebé y despiertes en él el deseo por las caricias y por los abrazos. Recuerda que la estimulación táctil te permitirá comunicarte de una forma intensa con el mundo corporal y emocional de tu pequeño.
Mientras realizas estos masajitos tienes que ir hablándole a tu pequeño y ponerle música para que puedas estimular sus sentidos. Los masajes crean un momento único y amoroso para quien lo da y lo recibe. Si tienes un bebé prematuro no lo pienses más y empieza con los masajes, que tu bebé será mucho más feliz.
