Está demostrado que alimentar al bebé con leche materna tiene más beneficios que hacerlo con leche artificial. La leche materna tiene algunas propiedades que le son únicas. Por ejemplo, es más completa en cuanto a nutrientes y está siempre fresca. No produce alergias, está asociada a la disminución del riesgo de mortalidad por muerte súbita y otras enfermedades, potencia el sistema inmunológico del bebé y permite que la mandíbula del pequeño y su estructura bucal se desarrollen correctamente.
Por otra parte, amamantar también tiene beneficios para las mamás, ya que se relaciona con un menor riesgo de padecer cáncer de mama y ovario y permite que el útero recupere antes su tamaño original. Además, contribuye a la pérdida de peso tras el embarazo. La recomendación general es que se opte por dar el pecho al recién nacido frente a la lactancia artificial, a menos que tu caso sea especial por cuestiones personales o problemas de salud.