Sepamos cuando es mejor buscar apoyo profesional:
-El niño no habla después de los dos años.
–No juega con otros peques antes de los cuatro años. Y cuando logra hacerlo, a los 6 años probablemente, tiene dificultad para respetar las reglas de juego.
–Sigue orinando en el pañal a los 3 años o lo hace en la cama luego de los 5 años.
–Llora cuando lo dejas en la guardería después de la etapa de adaptación.
-Se muestra irritable ante cualquier situación, responde con gritos y aveces con palabras soeses.
–Está distraído e muy inquieto la mayor parte del tiempo, lo cual influye en su aprendizaje escolar al cumplir los 5 años de edad.
Aún cuando el aporte de los psicólogos es realmente valioso, lo ideal es que seamos muy cercanos con nuestros hijos y detectemos en qué momento alguna situación externa comienza a afectarlos. Es el primer paso para protegerlos de circunstancias mayores.