Desde muy temprana edad, la infancia, todos pasamos por una cadena fóbica, es decir unos miedos que nos son comunes a todos los seres humanos.
El primer miedo que surge es a quedarnos solos, cuando la figura del adulto que nos cuida le requerimos y no está el miedo nos invade, lloramos y nos atienden, poco a poco vamos tolerando mejor las ausencias adoptando mecanismo para superar los miedos o ansiedades de separación. El siguiente miedo que aparece es el miedo a la oscuridad, pantalla sobre la cual proyectamos nuestras fantasias mas terrorificas, es común a esta edad la necesidad de muchos niños a tener una luz encendida para que puedan conciliar el sueño.
Otro de los miedos que surgen es a los animales grandes, si no se esta cerca de ellos en la crianza más miedo se puede manifestar, la reacción calmada del adulto tranquiliza al niño. Y por ultimo el miedo a los animales pequeños, los niños suelen manifestar una fobia hacia las moscas y todo tipo de insectos, que se les va pasando con la edad, pero que hay niños que manifiestan con mucho temor hacia estos insectos.
Son situaciones evolutivas que podriamos calificar de normales, un alto número de la población infantil lo manifiesta en mayor o menor medida. Hay algo de irracional y de suprevivencia de la especie mezclado en ello, una forma de mantenerse las crias cerca de los adultos frente a los peligros. En la edad adulta, estos miedos y terrores suelen estar superados, algún resto fóbico puede quedar, pero sin mayor importancia.
Sin embargo hay personas que en la edad adulta pueden padecer estas fobias simples (miedos irracionales a objetos, animales o situaciones), fobias complejas donde es más que el miedo a algo, se pueden tambien volver muy oceanícas que se pierda la perspectiva y ya no se sepa ni a que se teme.