La inteligencia naturista es propia de niños capaces de organizar en su mente diversos elementos, realizando clasificaciones de acuerdo a su similitud o separándolos cuando son diferentes. Les gusta investigar, son curiosos y ordenados.
Se dice que todos tenemos esta inteligencia en diferentes niveles, es evidente en situaciones cotidianas en las que debemos observar, analizar y organizar nuestra vida a través de decisiones.
Los niños desarrollan esta habilidad cuando deciden coleccionar objetos: observan, reconocen, reúnen la información y luego organizan lo aprendido. Cualquier lugar es propicio, en los parques mientras echan un vistazo a las hojas, insectos, e incluso a las piedras colocadas alrededor de las plantas.
Los pequeñines que perseveran en el perfeccionamiento de este talento se involucran en su vida adulta con profesiones afines a la caza, ciencias biológicas y otras relacionadas con la conservación de la naturaleza.