El niño convive en un hogar disfuncional o en un entorno marginal donde solo observa malas conductas.
Los padres trabajan todo el día. Nunca tienen tiempo para asistir a las reuniones de la escuela, y creen exageradas las observaciones de los maestros.
Tiene dificultades en los estudios. Intenta cubrir sus problemas de aprendizaje con su mal comportamiento.
Muestra atracción por situaciones peligrosas.
Es rechazado y temido por sus compañeros a causa de su agresividad.
En un niño con problemas de conducta también se observa deficit atencional e hiperactividad.