Las palabras de aliento tiene un resultado asombroso en nuestros niños después de cada desilusión. Es necesario animarlos, pero nunca olvides que en la vida todo requiere sacrificio y constancia para lograr el objetivo trazado. Fomenta en tu hijo el deseo de reponerse luego de cada tropiezo sin guardar en su corazón enojo o frustración hacia los demás.
El mundo no gira en torno a él. Si aún le es difícil comprenderlo, ayúdalo a separarse de sus propias necesidades y a pensar en las personas a su alrededor. Una buena idea será enseñarle a compartir sus pertencias con los que menos tienen o incentivarlos a llamar a sus compañeritos de escuela cuando dejan de asistir a clases debido a una enfermedad.
Consentir sanamente implica guiar a los peques a valorar el amor recibido de sus padres o amigos, los regalos, el dinero e incluso los halagos, que suelen elevar el ego de los pequeños y volverlos egocéntricos, cuando se comienzan a creer superiores al resto de personas.