Se ha comprobado que el vínculo afectivo es necesario para el desarrollo de un niño. Así pues, los pequeños con discapacidades aprender con más facilidad y mejorar su capacidad inmunológica gracias al contacto emocional logrado en casa o en la escuela.
Muchos menores llegan a los centros especializados con una triste historia familiar. Algunos fueron maltratados mientras vivían con sus padres o fueron abandonados al conocerse su discapacidad. Con el apoyo profesional y la ayuda de las profesoras es posible mejorar conductas agresivas, con tendencia a la depresión o al aislamiento social.
Los niños especiales con maestras cariñosas son más amorosos, muestran mayor interés en las actividades del aula; son colaboradores y llevan una relación cordial con el resto de sus compañeros
De otro lado, los maestros crean una imagen particular de cada niño. Lo conocen y saben como tratarlo de acuerdo a las características de su personalidad, el propósito es encontrar la forma de hacerles comprender los conocimientos sin afectar su autoestima.