Si te causa asombro o temor la excesiva sensibilidad de tu hijo y te preguntas ¿Qué será de él en la adolescencia? Mantén la calma, aún es un niño y tienes la oportunidad de ayudarlo a conducir sus emociones, aceptándolas pero al mismo tiempo controlando sus impulsos.
El ideal es lograr el equilibrio entre sus emociones y la capacidad para reaccionar según las circunstancias. Un niño de 7 años aún no tiene total dominio de si mismo, pero enseñarle que existen otras formas de mostrar su descontento evitará los gritos o enfados.
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Ayúdalo a reconocer los estados de ánimo. Cuando alguien se ríe explícale que esa persona esta contenta, haz lo mismo con las expresiones de tristeza o enojo.
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Coméntale situaciones en tu vida que te han hecho feliz, quizá ciertas complicaciones también.
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Si te enojas con él, exprésale como te sientes, nunca niegues tu malestar mientras sea evidente en tu rostro
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Escúchalo cuando te hable sobre sus sentimientos y hazle preguntas acerca de ellos ; así el niño notará tu interés.