Quieren ser más extrovertidos. La timidez aisla a muchos adolescentes de las fiestas, pero bajo los efectos del alcohol, cambian radicalmente, son más desenvueltos y se integran con facilidad al grupo social de su interés.
Desean sentirse adultos. Ya no son niños y si los siguen tratando como tales buscarán formas más o menos apropiadas para demostrárselo a sus padres.
Produce placer. Todos son felices cuando están ebrios. Eres atrevido y los bailes cada vez son más sugerentes en las reuniones sociales. Muchos adolescentes necesitan seducir alcoholizados porque no saben como declararse a una chica mientras están sanos.
El licor nunca debe ser una solución a los problemas afectivos o de personalidad en los jóvenes, antes conviene descubrir la raíz de sus preocupaciones para que aprendan a enfrentarlos con ayuda de sus padres o de algún especialista.