Si notas dolor en los pezones durante la lactancia pero no observas grietas en ellos, puede que las molestias se deban a una candidiasis, es decir, una infección del pecho producida por hongos.
El hongo que provoca la candidiasis, la Candida albicans, es muy frecuente en embarazadas. El bebé puede infectarse al pasar por el canal del parto y, una vez que ha desarrollado el hongo en su boca, puede transmitirlo al pecho de la madre al ser amamantado.
A veces la candidiasis se observa claramente en la boca del niño y en ese caso no hay dudas de que el hongo ha pasado también a los pechos de la mamá si ésta nota dolor y molestias. En cambio, hay casos en los que el bebé no muestra signos de hongos y las síntomas que permiten detectar la infección es el dolor que describe la madre, un dolor que se produce mientras el niño mama pero también durante buen rato después de que éste haya soltado el pecho.
En casos que no se hayan complicado mucho, basta con secar cuidadosamente el pecho tras amamantar y extender una fina capa de pomada antifúngica, recordando eliminar cualquier resto de crema antes de la siguiente toma.