Si tu niño se resiste en ir al nido o a la escuela y sientes que no existe una razón sensata para que no asista, no te apresures en tomar las cosas a la ligera y en creer que es un simple berrinche por parte de tu pequeño, sino que tienes que escucharlo y ayudarlo.
Primero tienes que investigar si está ocurriendo algo en el salón de clases fuera de lo normal, que haga que tu niño no quiera concurrir a la escuela. Habla con su maestra y cuéntale lo que sucede con tu niño, ella será la persona indicada para que ayude a tu pequeño a sentirse en confianza y vuelva al colegio.
Evita criticar a tu niño, con frases como “ya estás grande para llorar”, “tus compañeros no tienen miedo como tú”, “te comportas como un bebé”, lo único que haces con eso es agravar el problema.
Si crees que el problema pude ser porque tu niño no duerme bien, implementa una buena rutina de sueño que es necesaria para un buen rendimiento escolar y una actitud positiva hacia el estudio.
No presiones a tu pequeño con las calificaciones o con el cumplimiento de sus tareas, en especial si tu niño es pequeño. Esta tensión constante puede convertirse en estrés. Lo que puedes hacer es ayudarlo con las tareas estableciendo un horario fijo y dándole espacios de descanso físico y mental que lo relajen. No lo satures con actividades que interfieran con las tareas.
Si esta actitud de tu pequeño perdura, por más que lo has tratado de ayudar, lo mejor será que acudas con un especialista, para que con el tiempo este miedo por no ir a la escuela no afecte en el comportamiento de tu pequeño.