La regurgitación es el problema digestivo más común en el bebé. Los buches, los escupes y los vómitos después de comer su papilla o tomar la leche son reacciones normales. Estos reflujos son producidos por la inmadurez del esfínter esofágico inferior, que no cierra la entrada del estómago.
Cerca del 48% de los bebés sufren regurgitaciones y vómitos. Éstas desaparecen normalmente al cumplir 6 meses de nacidos (a veces hasta 12 meses). Al cumplir esta edad tu bebé ya ha logrado controlar el sistema digestivo.
A pesar de que causa alarma, este problema desaparece cuando los músculos del sistema digestivo adquieren la fortaleza necesaria para realizar su trabajo. Mientras esto sucede, es mejor que adoptes medidas correctivas para evitarte molestias y no recargar el estómago de tu bebé:
- Darle poca cantidad de comida, pero con mayor frecuencia. Lo recomendables es hacerlo cada 3 o 4 horas. También es bueno darle alimentos más espesos.
- Cuando vas a darle líquidos, como su lechecita, evita las burbujas que puede producirse al agítalo o batirlo, pues el aire entorpece la digestión y ayuda a producirse el reflujo.
- Mantén a tu bebé en posición vertical durante 2 horas después de comer para evitar los retornos de alimentos.
- En las siestas, luego de los alimentos, acuéstelo de lado para evitar que los rezagos de alimentos devueltos pase a las vías respiratorias y cause ahogo.