Aunque es una situación dolorosa, un porcentaje de niños repitentes tienen la oportunidad de aprender y prepararse en este periodo para asistir al siguiente nivel en iguales capacidades que sus compañeros, lo cual es un beneficio.
Sin embargo, para un porcentaje de peques es una realidad esquiva y difícil de asimilar. Algunos caen en la culpa y son presa de los malos pensamientos. Reconocen hasta cierto punto su responsabilidad, pero no comprenden del todo cómo llegó a sucederles, un sentimiento comprensible ya que existen otras razones que determinaron el fracaso escolar.
Reprobar el año no es una etapa agradable para nadie. Cuando sucede, tanto padres como maestros deben analizar las causas de este resultado y animar al niño a enfrentar esta experiencia con una actitud positiva. Quizás una frase esperanzadora podría ser » No importa cuanto nos equivocamos antes, lo importante es aprender de los errores».