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Salud Infantil | Cómo preparar el botiquín

Salud Infantil | Cómo preparar el botiquín 28 julio, 2011
botiquin
Es importante disponer de un botiquín con medicamentos para nuestro bebé

Es curioso comprobar que en todas las casas existe un botiquín de emergencia pero también es verdad que la mayor parte de veces está compuesto de medicamentos empezados y muchas veces caducados y que cuando necesitamos recurrir a uno de ellos, lo más probable es que no lo encontremos y debamos bajar a la farmacia para adquirirlo. Es importante el poder disponer de un botiquín lógico compuesto de los preparados fundamentales de uso más o menos cotidiano.

Centrándonos en las necesidades del niño en diversas circunstancias y edades, es fundamental el disponer siempre de:

  • Termómetro
  • Antitérmicos-antiinflamatorios como son el paracetamol e ibuprofenos que deberemos de tenerlo en presentación oral y rectal ya que muchas veces al niño es imposible darle un medicamento pues lo vomita.
  • Es por ello que no deberá faltar además un antihemético que solucione el vómito del niño en estos casos.
  • Para la patología gastrointestinal deberemos tener algún sobre de rehidratación oral, útil en caso de diarreas que deberemos combinar con restauradores de la flora intestinal. El empleo de antidiarréicos en principio no lo recomendamos por lo que deberemos esperar a que nuestro pediatra nos lo indique. Útil será además disponer de algún supositorio de glicerina e incluso de un enema para los bebés muy estreñidos.
  • Los cuadros catarrales son el rey de los problemas infantiles durante los meses de invierno por lo que no deberá faltar en nuestro botiquín un jarabe o supositorio para esas toses secas de garganta que suelen acontecer por la noche y que impiden dormir al niño y al resto de la familia, pero ojo con esto medicamentos; no deberemos administrarlos a bebés muy pequeños por sus posibles efectos secundarios.
  • Un mucolítico también deberá formar parte de nuestro botiquín y en el caso de pacientes asmáticos, los broncodilatadores y antiinflamatorios pulmonares no deben faltar.
  • Deberemos estar preparados para los accidentes domésticos por lo que nos proveeremos de soluciones antisépticas tipo clorhexidina, alcohol, agua oxigenada o soluciones iodadas, gasas y vendas, algodón y tiritas, alguna crema para pequeños traumatismos y otra para quemaduras. No estaría de más tener apuntado en la nevera el teléfono del Servicio Nacional de Toxicología que es el 91 562 04 20 donde nos podrán orientar de los pasos a seguir ante la ingestión accidental de cualquier producto.

Si el niño presenta un cuadro clínico sencillo de solucionar, deberemos intentar minimizarlo o acudir al pediatra antes de ir al Servicio de Urgencias para no colapsarlas con el correspondiente deterioro de las mismas, con el aumento de gasto farmacéutico y con la posibilidad de que otro niño con un cuadro grave vea retrasada su asistencia.

El buen uso de los medicamentos es fundamental:

  • controlemos nuestro botiquín
  • llevemos a la farmacia los productos caducados
  • no acumulemos medicamentos innecesarios
  • no utilicemos antibióticos de forma indiscriminada
  • ante el primer síntoma, consultemos siempre con nuestro pediatra ya que es el que mejor conoce las necesidades de nuestro hijo

Utilicemos siempre el sentido común y ante circunstancia grave actuemos con la mayor tranquilidad posible, si es un cuadro conocido de antemano por nosotros con por ejemplo una convulsión febril de repetición, seguro que estos padres saben cómo actuar con su hijo y qué medicación administrarle. Los cuadros de enfermedades repetitivas son más fáciles de abordar por los padres al estar más familiarizados. El problema lo vemos siempre ante un problema que nos acontece por primera vez.

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