Cuando el niño deja de depender totalmente de sus padres o de cualquier otro adulto y adquiere cierto grado de autonomía,comienza para él una etapa en la que también está más expuesto a riesgos y pequeños accidentes.
La guardería o el cole es uno de los entornos en los que más pueden producirse este tipo de incidentes: un traspiés mientras corre por el patio, un resbalón, una caída, un choque con otro compañero… Para estos casos, es bueno que los centros educativos tengan en cuenta ciertas recomendaciones:
- Vigilancia. Los niños pequeños necesitan vigilancia siempre. No es recomendable dejarlos mucho tiempo solos.
- Cuidado con el agua. Bañeras, piscinas, excursiones a la playa… Cerca del agua la vigilancia debe extremarse aún más.
- Lo mismo sucede con lugares específicos como balcones, escaleras, ventanas… así como con enchufes y fuentes de calor.
- Seguridad en los juguetes. Ojo con materiales tóxicos, piezas pequeñas, objetos punzantes… Todos los juguetes deberían cumplir la normativa de la Comunidad Europea.
- La cocina y los baños son dos lugares donde los riesgos también se incrementan. Es imprescindible que los productos de limpieza y otras sustancias que podrían ser tóxicas no estén al alcance de los niños.
En cualquier caso, la guardería o el cole deben velar por cumplir estas indicaciones y por tener un servicio de enfermería o un botiquín equipado adecuadamente. Además de los productos imprescindibles y habituales, os aconsejamos que no os falte Arnidol Gel Stick, una de las mejores soluciones para aliviar golpes leves y reducir el riesgo de aparición de morados.