Los signos prematuros de la LAM pueden incluir fiebre, sangrado o predisposición a los hematomas, dilatación de los ganglios linfáticos y otros síntomas similares a los de la gripe, como debilidad o cansancio constante, y dolores en los huesos y articulaciones.
Diagnóstico y tratamiento
Si su niño tiene síntomas de leucemia, el médico puede indicar ciertos exámenes de sangre para hacer un cómputo de los distintos glóbulos sanguíneos. Si los resultados no son normales, una aspiración y biopsia de la médula ósea serán indicadas para determinar la clase de leucemia que tiene el niño y para planificar el mejor tratamiento. Una punción lumbar puede hacerse también para planificar el mejor tratamiento. Una punción lumbar puede hacerse también para determinar si las células de leucemia se encuentran presentes en la columna vertebral y el cerebro.
El tratamiento fundamental para la LAM es la quimioterapia. Los medicamentos de quimioterapia pueden ser ingeridos por boca, inyectados en una vena o músculo. Pueden ser también inyectados dentro del fluído que rodea el cerebro y la columna vertebral (quimioterapia intratecal). La radioterapia puede ser usada en algunos casos y un transplante de médula es necesario en otros pocos.