La disfluencia infantil o tartamudez hace referencia a las alteraciones que se producen en el ritmo del habla de los niños, durante el periodo de adquisición lingüística, provocada generalmente por encontrarse en un periodo de plena organización de su lenguaje, así como por el desfase existente entre lo que es capaz de entender y lo que expresa.
Se manifiesta en paros, dudas, titubeos y repeticiones en el momento de la expresión lingüística. En la mayoría de las ocasiones, con una orientación adecuada, se consigue superar sin esfuerzo. Sin embargo, otras veces el niño manifiesta una serie de síntomas, considerados de riesgo, en los que se hace preciso una intervención más específica.
Síntomas de riesgo:
- Antecedentes familiares de tartamudez
- Modelos lingüísticos de habla rápida, con mucho contenido y dificultad para el respeto del turno de palabra.
- Presencia de bloqueos respiratorios y uso frecuente del aire residual.
- Utilización de gestos típicos, balbismos, mecanismos de arranque.
- Conductas lingüísticas de evitación que afectan de forma significativa a la comunicación.
- Utilización de muletillas (sonidos, sílabas, pequeñas frases) que usa para iniciar o mantener el discurso.
- Durante la expresión verbal, la presencia de bloqueos tónicos o clónicos es altamente significativa.