No, ellos solo transmiten su frustración frente a un hecho que los lastima y supera su razonamiento. Reaccionan con agresividad cuando solo los castigamos, pero nunca los escuchamos o nos detenemos a meditar en sus demandas.
Los niños sufren mucho cuando sus padres se divorcian, reprimen sus sentimientos, pelean internamente y culpan a uno de sus progenitores por la separación.
Si notas a tu pequeño molesto contigo, te aconsejamos abordar el problema de inmediato:
Pregúntale por qué está tan molesto. Menciónale el tema de la separación y si percibes que ese ha sido el detonante, no dudes en explicarle las razones del distanciamiento, considera la edad del pequeño antes de hacerlo.
Si has maltratado a tu niño en reiteradas ocasiones, el rencor es una causa de su actitud. Piensa en hablarle con firmeza y recurre a otras formas de disciplina, diferentes al castigo físico.
Charla con tu niño cada vez que puedas. Ellos disfrutan mucho mientras nos comentan de sus amigos y también de sus aficiones, pero nosotros también podemos hablarles sobre nuestros sueños o anécdotas de infancia. La idea es acercarnos más, romper la caparazón formada en sus corazones.
Sé expresiva con él en todo momento: besos, abrazos, decir ‘te quiero’; todas estas formas de afecto son especiales para los niños.