Si bien el lazo matrimonial ha llegado a su fin, la relación entre ambos padres necesita ser la mejor. El divorcio no necesita ser una disputa constante por los niños ni muchos menos motivo de sufrimiento para el menor.
La comunicación es importante luego de un divorcio con niños pequeños. Ambos progenitores pueden reunirse o comunicarse telefónicamente para comentar los avances de su hijo y tomar decisiones en pro de su bienestar. Sin duda, es importante sensibilizarse con la realidad que esta viviendo el niño y no hacerse el trance más difícil.
Cada pequeño busca sentirse amado en un ambiente de comprensión y protección, sin embargo; en muchos hogares se vive el maltrato hacia la madre o hacia el propio niño, existen problemas de alcoholismo, drogadicción o agresiones verbales continuas. En estos casos la intervención de un profesional (psicólogo) ayuda en las relaciones entre esposos, pero cuando la relación es insostenible la separación definitiva suele ser la única salida.