Confía en un maestro, en tus padres o en amigos sinceros. No tengas miedo ni verguenza de comentarlo, hacerlo impedirá que otros niños pasen por la misma situación.
Muchos pequeños y jóvenes callan por el temor a represarias, sin embargo; esto solo hace que el problema crezca más y más. Si te es difícil hablarlo con un adulto a solas, ve acompañado de un amigo. Si aún así tienes temor, entrégale una carta a esta persona donde le explicas al detalle lo sucedido en la escuela.
Busca nuevas amistades y procura rodearte de ellos. Evita estar solo.
Ante el acoso, nunca reacciones con agresividad. Lo mejor es controlar tu molestia o tu miedo para que el acosador no se aproveche de tu nerviosismo.
Responde con sentido del humor, si es que se puede.
Si eres insultado, continúa caminando sin responder a las ofensas. Y si el niño está parado frente a ti, respóndele con firmeza pero sin enojo. Decirle » Eso no es verdad, es solo tu opinión», será una manera de expresarle que no te preocupan sus palabras porque el resto no piensa igual a él.
Corre hacia un lugar seguro si tienes la sensación que serás golpeado.
Recuerda: Siempre habrán adultos dispuestos a ayudarte a ti y también al niño agresor. Lo más probable es que el acosador actúe con tanta ira porque en casa sus padres lo tratan de la misma manera.