Es uno de los síntomas más frecuentes y molestos en la infancia. La tos es un reflejo propio de la vía aérea (nariz, garganta, laringe, traquea y bronquios), encaminado a expulsar sustancias extrañas o secreciones que lo irritan, lanzando aire a gran velocidad que es lo que produce el ruido característico.
La tos se produce por irritación de la garganta, laringe (zona del aparato respiratorio donde están las cuerdas vocales), tráquea y bronquios, provocada por una infección, alergia, humos, cuerpos extraños etc. Es por lo tanto, inicialmente, un mecanismo de defensa y limpieza del aparato respiratorio, pero con el tiempo puede convertirse en un problema en sí mismo, aunque haya desaparecido la causa que la originó.
La tos se puede producir también por irritación del conducto auditivo externo (conducto que va desde la oreja al tímpano), la nariz y el estómago. En ocasiones la tos se produce inicialmente por una causa infecciosa, por ejemplo un «catarro», pero luego puede incrementarse o perpetuarse por causas psíquicas o «nerviosismo».
Una causa de tos, muy típica de la infancia, es la Tosferina. Sus características y tratamiento se abordan en otro apartado. Esta enfermedad ha disminuido su frecuencia, gracias a que desde hace ya muchos años existe una vacuna contra ella que se administra a los 2-4-6-18 meses y a los 6 años de edad. Sin embargo en los niños incompletamente o no vacunados, especialmente los menores de 2 meses de edad, la Tosferina sigue siendo una enfermedad potencialmente grave.