Debilidad motriz
Básicamente, estos niños siempre presentan tres característicastorpeza de movimientos(movimientos pobres y dificultad en su realización).
paratonía: el niño no puede relajar el tono de sus músculos de forma voluntaria; incluso en vez de relajarlos, los contrae exageradamente. Este rasgo es el más característico de este trastorno.
sincinesias
A veces, también presentan inestabilidad motriz, tics, tartamudeo,
Este trastorno afecta a diferentes áreas del niño: al afectivo, la sensorial, al psíquico y al motor,
Será muy importante realizar un buen diagnóstico que discrimine si el niño sufre una «debilidad motriz» o se trata de otro trastorno psicomotor, para enfocar correctamente el tratamiento o reeducación.
Inestabilidad motriz
El niño con inestabilidad motriz es incapaz de inhibir sus movimientos, así como la emotividad que va ligada a éstos.
Es incapaz de mantener un esfuerzo de forma constante; se muestra muy disperso.
Suele predominar la hiperactividad y las alteraciones en los movimientos de coordinación motriz. Hay una constante agitación motriz.
Suele tratarse de un niño problemático y mal adaptado escolarmente; presenta problemas de atención, de memoria y comprensión, así como trastornos perceptivos y de lenguaje; el propio fracaso escolar aumenta su desinterés por los aprendizajes. Ya hemos dicho anteriormente que se desencadena toda una secuencia de alteraciones que recaen a su vez sobre otras.
Alteraciones en el tono: es cuando hay una mala regularización del mismo.
Puede darse en individuos con un buen nivel motor. Tienen que ver con las variaciones afectivas, con las emociones.
Algunas de ellas son:
PARATONIA: el individuo no puede relajarse y el pretenderlo aumenta más su rigidez.
SINCINESIAS:son movimientos que se realizan de forma involuntaria, al contraerse un grupo de músculos, al realizar otro movimiento sobre el que centramos nuestra atención. Por ej., mientras el niño escribe saca la punta de la lengua. Tiene que ver con cierta inmadurez sobre el control del tono. Suele ser algo normal hasta los 10-12 años, edad en la que van desapareciendo. Por sí mismas no son un trastorno, sino que suelen formar parte de algún otro problema.