Los bebés entienden lo que les decimos los adultos mucho antes de ser capaces de respondernos con palabras. Sobre todo a partir de los 10-12 meses de vida, eso genera mucha tensión en los pequeños, que no pueden expresar con palabras lo que desean siendo necesario enseñar a hablar a los niños progresivamente para que los padres y madres entiendan lo que les quieren decir sus pequeños.
Lenguaje de signos para bebés
Los bebés sí son capaces de signar, es decir de decir con gestos aquello que desean. Numerosas investigaciones han concluido que los hijos de padres o madres sordos, tanto si eran bebés que oían con normalidad como si eran sordos ellos también, eran capaces de expresarse en ocasiones hasta varios meses antes por gestos que de forma verbal. Esto reducía el estrés en bebes y adultos, pues podían comunicarse.
Imagínate la escena siguiente: Juan de 13 meses quiere su conejito de juguete que se le ha caído debajo de la mesa. Como está sentado en la trona, no puede cogerla él mismo. Lo único que hace es señalar con su dedito la mesa con la esperanza de que su madre entienda lo que quiere. ¿Verdad que puede ser frustrante? Es como estar en un país extranjero, sin hablar el idioma. Ahora, veamos otra situación: Marta, de 13 meses también, quiere beber zumo. Su padre sabe que quiere algo, así que le ofrece agua, leche, galletas, pan… sin acertar lo que quiere la pobre Marta. Al final, su padre le dice, algo exasperado: ¿Pero qué quieres? Afortunadamente para Marta, sus padres le han enseñado algunos signos así que con sus manitas signa «zumo». Su padre le da el zumo. Marta está feliz y su padre también.
Una de las dudas más habituales de los padres y madres es saber si el uso de signos no retrasa el desarrollo del lenguaje de sus bebés. Sin embargo, los estudios realizados indican que esto no es así, sino más bien al contrario: los bebés que signan hablan más y más pronto. Esto es fácil de entender: el lenguaje es lenguaje, ya sea en forma de signo o de palabra oral. Cuando un niño pequeño está signando, se está comunicando. Eso inicia un diálogo con el adulto, que le da muchas más palabras y frases sobre lo que al bebé le interesa en ese momento, por lo que el aprendizaje es más efectivo.