La natación en un niño con síndrome de Down mejora el desarrollo de su cuerpo, mantiene su circulación en forma y estimula su respiración.
Además, este deporte estimula la coordinación motriz, mejora las capacidades cardiorespiratorias y ofrece posibilidades reales de aprendizaje motor e integración social, que son características propias de los niños con síndrome de Down.
El objetivo esencial de la natación es favorecer el desarrollo psicomotor del niño, ya sea por el placer que el niño siente por la actividad en si misma o por la adaptación progresiva al medio acuático que lo conduce a un principio de autonomía.
El niño con síndrome de Down tiene que trabajar dentro del agua y no trabajar con el agua, por eso su tratamiento no debe ser de hidroterapia sino un trabajo de acuoterapia.
Si tienes un niño con síndrome de Down anímate a que practique natación, pues será una experiencia inolvidable para ambos.