Los recién nacidos prácticamente no babean pero, a medida que el bebé crece y llega a los dos o tres meses, es normal que la baba se acumule en su boca y acabe cayendo por la comisura de los labios. Las causas del babeo en bebés es bastante sencilla. A esa edad, las glándulas salivares del pequeño ya generan una mayor cantidad de saliva, pero el bebé aún no tiene completamente desarrollado el acto reflejo necesario para tragarla.
Los mayores no nos damos cuenta, pero cada cierto tiempo tragamos saliva de manera instintiva. El bebé sabe tragar, porque lo hace cada vez que mama y deglute la leche, pero en el caso de la saliva, simplemente no la traga con la frecuencia debida porque ese reflejo no está del todo instalado, aun no se produce de manera «automática».
El babeo en los bebés no supone problema alguno en su salud, aunque hay que procurar que las babas no lleguen a irritarle la delicada piel de alrededor de la boca y del cuello.
¿Es normal el babeo en los bebés?
Entre los tres y cuatro meses y, sobre todo cuando empieza la dentición de leche, la presencia de excesiva salivación es muy normal. Ten en cuenta que a esta edad empiezan a llevarse cosas a la boca queriendo chuparlas o mordisquearlas si le molestan las encías con la salida de los primero dientes. Este hecho natural hace que aumente la salivación y que el pequeño babee en mayor o menor medida (depende de cada bebé).
En ocasiones un babeo en bebés continuado y excesivo puede esconder alguna pequeña infección bucal o incluso alguna afección relacionada con las vías respiratorias, especialmente si hablamos de niños de más de un año. Ante la duda, puedes consultar el caso con el pediatra pero, en la mayoría de las ocasiones, se trata de una situación pasajera y totalmente común.