Hacer origamis requiere de coordinación física y mental. Al mover las manos para crear figuras tu niño envía impulsos positivos a su cerebro.
A simple vista se puede decir que hacer origamis es una actividad reposada. Solo a simple vista. Dentro del cerebro la impresión cambia de parecer. Al practicar este arte tu niño desarrolla su pensamiento geométrico, educa su memoria y estimula su imaginación.
Su entrenamiento también acelera la maduración del cerebro. La coordinación de sus manos envía estímulos al cerebro a volverse más flexible, excitando sus hemisferios (izquierdo y derecho) y calmando sus áreas corticales (lóbulo, frontal, parietal, occipital, temporal y límbico).